Invitan a concierto a cantante oriunda de Moncion que aunque ciega es cantante lirica en nEE.UU

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Jeanette Márquez Valerio

Por Marcelo Peralta
New Jersey, Estados Unidos.-Haber nacido con glaucoma, una enfermedad que afecta los ojos caracterizada por un aumento de la presión dentro del globo ocular que causa un daño progresivo en la retina con veces pérdida de la visión, para la joven dominicana Jeanette Márquez Valerio esto no ha sido obstáculos para abrirse paso como cantante.

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 Janette Márquez Valerio y su madre Glennys Valerio.

Esta joven no vidente a causa de glaucoma congénito, que apenas ha visto ráfagas de luz, pero esa limitación no le ha impedido alcanzar el éxito ni la felicidad, “porque me considero una persona normal, no me estigmatizo”.
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La cantante lírica Janette Márquez Valerio hija de  la dominicana Glennys Valerio, quien expresa hacia su hija toda su calidad humana. 
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Ya obtuvo una licenciatura en música en la Universidad de Westminster, en Princeton, Estados Unidos y en Psicología, otra carrera que le apasiona.
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Lo académico lo combina con las presentaciones artísticas en Estados Unidos y en República Dominicana, dos naciones que de alguna manera son su soporte emocional.
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Todo lo que gira alrededor de sus anhelos es la música, y aunque vive en la oscuridad, su mente va a la velocidad de la luz para conseguir lo que quiere.

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Jeanette Márquez ha sido invitada para cantar en la gala anual “Glaucoma 360” que organiza la Fundación de Investigación de Glaucoma de Estados Unidos, la cual se realizará en Los Ángeles el próximo 2 de febrero.
 
Márquez, que está promoviendo la composición “Amor Oculto” del fenecido cantautor dominicano Juan Lockward, subirá al escenario para interpretar temas de su repertorio.

“Poder colaborar con la Fundación de Glaucoma de Estados Unidos representa un gran honor para mí, porque se trata de una entidad que realiza una labor trascendental ”, comentó Jeanette Márquez, quien nació con glaucoma

En una entrevista junto a su madre confesó que se motivó a cantar inspirada en el cantante y compositor dominicano Juan Luis Guerra.
“Yo admiro mucho a Juan Luis Guerra por su música, su forma de ser, lo sencillo que es” dice la soprano.
Al referirse a Guerra dice que fue él que la inspiró a ir a la universidad, mucho más cuando supo los problemas que tuvo en la visión, para mí es una persona excepcional”, indicó.
En cuanto a los compositores clásicos prefiere a Mozart, Vivaldi y Beethoven.
Admira a la cantante lírica de origen italiana Cecilia Bartoli, de quien dice es una mezzosoprano de ligera coloratura especializada en obras de Mozart y Rossini.
A Janette le encanta la historia, la literatura y las ciencias políticas, sobre todo la filosofía, porque entiende que le ha ayudado a analizar y reflexionar sobre las etapas difíciles que le ha tocado vivir. 
Cuando tenía pautado su primer concierto con orquesta en el que interpretaría “Gloria”, de Vivaldi, tuvo un desprendimiento de retina que casi frustra sus sueños de ser cantante lírica.
Su autoestima se sobrepuso y Janette Márquez Valerio era más fuerte que ese percance fruto del glaucoma congénito que la marcó desde niña.
“Yo le dije a mi mamá que no iba a faltar, que yo tenía que cantar, era mi primera vez cantando con una orquesta”, recuerda.
Y desde ese entonces yo me enamoré de la música clásica”, cuando a pena tenía 22 años, nacida en Estados Unidos e hija de padres dominicanos.
Su madre, Gleny Valerio, dice que cuando llegó a Estados Unidos luchó mucho para que no la encasillaran, ya que no la veían como una persona con una discapacidad visual, “sino con una discapacidad intelectual en todo el sentido de la palabra, una persona infuncional”.
Janette fue declarada en Estados Unidos “legalmente ciega”, pues apenas tiene una visión de 20 sobre 400.
Hace tres años ha sido sometida a una cirugía, y las consecuencias fueron un desprendimiento de retina que afectó mucho más su visión en el ojo izquierdo.
“Puedo ver figuras borrosas, pero no leer con ese ojo”.
Antes de convertirse en la mezzosoprano lírica que ahora deslumbra con su prodigiosa voz, la artista era una apasionada del jazz.
“Quería ser jazzista, y mi profesora me orientó, introdujo en el canto de una manera que me enamoré de la música clásica”.
Sin embargo, Janette Márquez Valerio cuenta que el trayecto hasta lograr ese objetivo ha estado repleto de retos y sensaciones amargas que ha padecido debido a la discriminación por el glaucoma congénito que padece, una de las variantes más agresivas y temidas de esta enfermedad.
Desde los inicios de su carrera como artista lírica Janette Márquez Valerio, nacida en Estados Unidos e hija de padres dominicanos, pese a la enfermedad congénita en la vista, las adversidades que tuvo que enfrentar, desarrolla sus facultades auditivas y expresivas aprendiendo a tocar el piano, participando en agrupaciones corales y sobresaliendo como voz solista. 
Terminados sus estudios secundarios, siempre con el apoyo de su familia, en especial de Glennys, su madre, quien como inmigrante y trabajadora infatigable, afirma que estuvo siempre aportando la compañía física y emocional para que su hija para que pudiera desarrollar su vocación. 
 Es así esta joven decide estudiar música ingresando a la prestigiosa universidad de Westminster, en la ciudad de Princeton, donde cursa estudios superiores de Bachelor of Music and Minor in Psychology.
 Janette Marquez Valerio audiciona para el distinguido maestro José Antonio Molina, quien la invitó en una ocasión a debutar con la Orquesta Sinfónica Nacional.
De manera similar,  bajo el programa del Teatro Orquestal Dominicano del Ministerio de Cultura, se presenta junto a la Orquesta “Juan Pablo Duarte” del Conservatorio Nacional de Música, bajo la dirección del Maestro Dante Cucurullo.
A participado en presentaciones en el Palacio de Bellas Artes en la ciudad Santo Domingo y en el Gran Teatro del Cibao en Santiago de los Caballeros.
En el mes de septiembre del 2014, Janette Márquez Valerio ejecuta "Carmina Burana" junto a la Orquesta Sinfónica de New Jersey en el Teatro Estatal de New Jersey.
Para concluir su carrera de canto clásico, realiza con éxito su recital "Passions" el pasado 12 de mayo del 2014, a las 7:00 PM, en el Williamson Hall, de su recinto académico.
Tuvo la compañía de su progenitora, pues sólo una madre pudo compartir la inmensa felicidad de un recital tan decisivo.
Fue una noche espectacular con un exquisito repertorio que contó con varias italianas, francesas y zarzuelas españolas, para terminar con lo que Janette expresó al público que constituye "su orgullo, sus raíces", un popurrí de populares merengues dominicanos.
Para su madre Glennys Valerio el hecho de que su hija es no vidente, ha sido por el contrario, una motivación esencial querer a su hija como una "elegida" para el canto lírico. 
Janette Márquez Valerio es una nobel cantante lírica de origen dominicano que no le pone techo a sus sueños.
Su carrera va en ascenso. 
Este año tiene especial significación por haber participado en la cantata “Carmina Burana”, junto a la Orquesta Sinfónica de New Jersey.
Es especial ese concierto por interpretar un popurrí de merengues clásicos en un concierto organizado por la Universidad de Westminster, y por haber cantado el himno de Estados Unidos en la ceremonia en la que el lanzador dominicano Pedro Martínez ingresó al Salón de la Fama de Cooperstown.
Esfuerzo y apoyo familiar.
Si se pudiera hacer una retrospectiva de la vida de Janette Márquez Valerio habría que empezar por la decisión de sus padres, Miguel Márquez y Glenny Valerio de Márquez, de no escatimar esfuerzos para que ella se desarrolle a pesar de faltarle la visión.
La tarea fue ardua, pues representó una lucha titánica para que recibiera una educación inclusiva, y para hacer de su estima un muro de contención frente a las adversidades.
“Me he esforzado para que ella pueda romper barreras, he defendido como una leona su educación, aun en Estados Unidos donde pensé que las cosas eran más fáciles, pero cuando me enfrenté a la realidad descubrí que no era así.
“Tuve que pelear por cada maestro, por cada clase que le correspondía.
Luego vinimos al país a radicarnos en Santiago, y me nos dimos cuenta que la educación especial aquí era más difícil y regresamos a Estados Unidos y nos esforzamos hasta llevar a Janette Márquez Valerio a alcanzar la educación superior”, expresó su madre.
La vida en la oscuridad.
Vivir en un mundo sin color podría parecer un horror para el que tiene contacto con la luz, pero para esta joven tal valoración es casi banal, porque la oscuridad es más profunda “en el sentido de que no nos andamos fijando en la parte física y superficial de la gente, sino en sus sentimientos”.
“Yo soy muy selectiva con mis amistades, busco en ellos lo que pueden agregar en la parte espiritual, no es tan temeroso como la gente lo ve porque hay otros sentidos que te acompañan” dice.
“Hay sentimientos en el ser humano que a veces ni siquiera la visión te permite ver”.
Sus metas y valores. 
Aunque nació en Estados Unidos sus padres le inculcaron los valores de la sociedad dominicana vinculados a la importancia de la familia y el respeto por sí misma.
En ese contexto, plantea que una de sus preocupaciones es percibir la falta de identidad en muchos jóvenes que no saben ni a dónde van ni lo que quieren.
“Yo quiero llegar lejos, pero no con el fin que todo el mundo quizás sueña, que es solo el éxito profesional y material, yo quiero contribuir a que los jóvenes vivan en un mundo mejor, con más equidad y menos discriminación”.
“Mi papá me dice que yo no voy a cambiar el mundo, pero yo me voy a atrever a concienciar sobre la identidad propia, porque cuando una persona es segura de sí misma no hay discriminación ni barreras que la hagan detenerse”.
Durante la entrevista la impresionante joven hace una pausa y expresa que “no se necesita mucho para ser feliz, solo tener fe
“Creo que Dios lo puede todo, él tiene el control de todo y cuando he tenido situaciones difíciles simplemente me entrego a él” ha dicho la inquieta y dinámica y segura mujer.
Ella, a pesar de sus limitaciones visuales es un claro ejemplo de que cuando se quiere, se puede.
A pesar de que es no vidente, esta joven artista ha hallado en la música el camino a seguir y ese refugio en donde descubrió su liberación, un espacio donde podía transformarse en algo que no tomara en cuenta su discapacidad.
Como artista, ella tiene un sueño que es parte de su esencia y que desea llevar a cada persona: “Quiere transmitir mensajes de esperanza y de que nada debe ser una limitación para llegar a la meta que te propongas”.
La música representa mi refugio que me ayuda a curar las heridas que provoca la discriminación.
“A mí me pasaron muchas cosas que como niña no entendía y que todavía no entiendo”.
Por eso la música es algo tan necesario e importante en mi vida”, asegura Janette, tras señalar que llegar a donde está le ha costado muchos años de sacrificio, trabajo, batalla y hasta ha tenido que guardar “silencio.”
“Yo me siento muy bendecida y afortunada, pues con muchas limitaciones y sacrificios he podido realizar uno de los sueños más grandes que tenía de pequeña: “ir a la universidad”.
A pesar de los trabajos, todavía no me he rendido.
Y cuando suceden cosas que quieren devorarme me digo: ‘No, no, no me voy a rendir.
De aquí no me van a ver partir hasta que me gradúe”, afirma Janette Márquez Valerio cargada de optimismo.
Al concluir sus estudios secundarios, la joven fue aceptada en la universidad de Westminster, en la ciudad de Princeton, Nueva Jersey, donde cursa estudios superiores de Bachelor of Music and Minor in Psychology bajo la tutela de Elizabeth Sutton.
“Hay personas que no entienden eso, y las condiciones a veces son injustas”, indica, al tiempo que señala que le gustaría ejercer su carrera.
Se define a sí misma como una joven común y corriente, con las preocupaciones que tiene todo el mundo y con muchos deseos de progresar y echar hacia adelante.
“Mis amigos más cercanos no son jóvenes discapacitados”.
No es con las personas con discapacidad con quienes me tengo que reunir, sino con las personas que no tienen nada de eso para que puedan entender y asimilar esta situación, para que puedan educarse y que de ese modo, en cierta manera, la sociedad avance y se abran otras puertas”, dijo entusiasmada.


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