Llegada del 2016 Santiago es un jolgorio y campo de tiros en la Zona Sur

Por Marcelo Peralta.

Santiago, R.D.-La ciudad de Santiago, al irse el 2015 y llegar el 2016, se ha convertido en una especie de jolgorio infernal.
 
Estridencias musicales, gritos, toques de calderos, sirenas, palmadas, bocinazos, explosiones de torpedos, quemas de incienso, plegarias a Dios, consumo de alcohol, cervezas, disparos con armas de fuego, aplausos, aclamaciones, realizaciones, apretones en los aceleradores de motocicletas y vehículos.
 
Las felicitaciones iniciaron al reloj rayar justamente las 12 de la noche despidiendo el 2015 y recibir con alegría y furor el 2016.
 
En las celebraciones se involucraron adultos, jóvenes, niños y personas de avanzadas edades que reciben entre salud, achaco y esperanza de continuar disfrutando de la vida.
 
Teléfonos celulares y residenciales repiqueteaban hacia distintas ciudades y naciones enviando mensajes de felicitaciones tras el “Año Nuevo”.

 
Propicia es la ocasión tradicional hacer peticiones al Todopoderoso a través de la quema de incienso, añadiendo cáscara de naranja seca, mirra para alejar espíritus malignos.

Después del receso reinician las bebidas y las comelonas, las altas músicas, cuentos de logros pasados, promesas incumplidas, proyecciones y demás aspiraciones.

Durante avanza la noche, los constantes, tediosos y peligrosos disparados al aire de pistolas y revólveres no cesan, a pesar de que el Ministerio de Interior y Policía tiene prohibido estas acciones.

En ocasiones anteriores han sido muchas las personas muertas y heridas por balas perdidas donde el Ministerio de Interior y Policía ha tenido que indemnizar a muchas familias con sumas de miles de pesos, debido a que balas perdidas provocaron la muerte de parientes o lesiones permanentes.
  
Después de llenarse las barrigas de comida, ron y cervezas el toque próximo es recrearse en el área del Monumento Nacional Héroes de la Restauración y regresar a sus hogares en las primeras horas de la mañana siguiente.

Otros, cogen la ruta completa de “beber ron sin bañarse” hasta que amanezca.

No faltan, los improvisados bailes en las aceras y pequeños colmados, colmadones, frente a las casas y las estruendosas músicas en complejos de apartamentos.


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