152 años de la Restauración.


Santiago Rodríguez,
Promotor de la Restauracion.
Por Marcelo Peralta
Este domingo 16 de agosto 2015, hace 152 años ocurrió la guerra de la Restauración del 1863.


Los artífices de este evento fueron los generales Santiago Rodríguez, José Cabrera, nativo de San Ignacio de Sabaneta, provincia Santiago Rodríguez,  Gregorio Luperón, de Puerto Plata y el vegano Benito Monción Durán, quienes con coraje, sapiencias, inteligencia, arrojo, patriotismo y valentía hicieron aportes a la sociedad para lograr la victoria.

Gregorio Luperón.Lucharon contra los ejércitos españoles enviado que enviaron 30 mil soldados veteranos de la guerra de Cuba, Filipinas y Puerto Rico, todos divididos en escuadrones de Caballería, Infantería y Artillería de los cuales murieron 18 mil en la guerra y los que sobrevivieron regresaron heridos y lesionados.

Monumento de Capotillo construido 1986.Las lomas de Capotillo en Dajabón, zona divisoria con Haití donde el presidente Salvador Jorge Blanco ordenó en 1986 construir un Monumento en honor a los Restauradores, luchar que había sido escogido por Santiago Rodríguez, José Cabrera, Benito Monción Durán y Gregorio Luperón para preparar el plan de restaurar la Soberanía Nacional, en el que trabajaron millares de dominicanos en todo el país.

Mas del Monumento de Capotillo.La del 16 de agosto del 1863, fue una guerra incruenta, donde hombres y mujeres comprometidos por mantener libre de potencia extranjera la Patria de Juan Pablo Duarte, se unieron a la luchar y lograr los objetivos anhelados.

La Restauración fue un movimiento popular y nacionalista que devolvió a la República Dominicana su Independencia, tras haber sido anexada a España por el Presidente Pedro Santana y cuya base social del movimiento estaba constituida por “campesinos y la gurgucia urbana”.

Ellos, enarbolaron la Bandera del Republicanismo democrático como representantes del progreso económico social y político en su época histórica, porque fue el mayor movimiento armado que conoció el país a partir de los tiempos coloniales.

El 16 de agosto, los dominicanos recuerdan con actos bélicos que desataron la guerra por la Restauración de la República Dominicana, proclamada el 27 de febrero del 1844 cuando Juan Pablo Duarte, los Trinitarios y la Sociedad, sacaron a los intrusos e invasores haitianos de la parte Este de la isla.

Los haitianos nunca se han casado de invadirnos, amenazarnos y presionarnos desde el tratado de Basilea en 1795, alegando que la isla es una sola e indivisible, por lo que tratan de desconocer nuestra Independencia y Soberanía, a pesar que de manera abusiva, ilegal, usurpadora y forzosa nos gobernaron y atrasaron la Nación desde el 9 de febrero de 1822, hasta el 27 de febrero de 1844, cuando Juan Pablo Duarte y demás patriotas a base de sangre y fuego fueron sacarlos. 

Pesar de todo, hoy día a 152 años de la Restauración de la República Dominicana como país libre, democrático y soberano, los intrusos e invasores haitianos, quienes poseen el 95% de su población de origen africana, nos han ocupado con la complicidad de políticos, empresarios y funcionarios del gobierno y la injerencia de potencias y organismos internacionales, tratando de desconocer  la Soberanía Nacional.

Desde aquellos tiempos y hasta ahora, esos famélicos mentales africanos  invaden, presionan e instan a Francia, España, Inglaterra y Estados Unidos para que ignore a República Dominicana, quienes por la fuerza quieren permanecer ocupando y abusando de la solidaridad y decencia de sus gentes.

Francia, España, Inglaterra y Estados Unidos siempre se han ido a favor de Haití a sabiendas que los africanos asentados en las  tierras de aquel lado del rio Masacre nada tienen que buscar en República Dominicana y a 125 años de aquella epopeya, volvieron a invadirnos pacíficamente, con la anuencia de funcionarios del Palacio presidencial, empresarios agrícolas, políticos, ONGs y otros sectores traidores.

Cuando Haití abusó en ocupar estas tierras por 22 largos años, nos aniquilo y hundió en el atraso y cometieron abominables crímenes,  así como en la guerra del 1844 y en la actualidad, vuelve a provocarnos intranquilidad e inestabilidad social, política y económica.
Los haitianos  nada tienen que buscar aquí y los dominicanos tampoco tenemos deudas con ellos, sino lo que nos traen es atrasos, problemas y enfermedades.

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