Hombre condenado por matar a su mujer se casa por la Iglesia con una exreclusa

Vladimir Morán, un interno condenado por homicidio, por haber dado muerte a su expareja  en el 2005, contrajo matrimonio con Yascara Vargas, quien ya cumplió cinco años por drogas en Rafey Mujeres.
La pareja de exreclusa y el actual recluso.

Foto cortesía de caribbeandigital.net
Arzobispo de Santiago, Ramón Benito de la Rosa y Carpio los felicita y pide a la sociedad compresión.
Por Marcelo Peralta
Santiago, R.D. Fue oficializada la cuarta boda entre exreclusos y exreclusas que han estado privadas y privados de sus libertades la penitenciaría de Rafey por infringir leyes nacionales, y, entre ellas sólo una ha sido llevada a la Catedral Santiago Apóstol de la ciudad Corazón.

Los nexos sentimentales ha sido entre Vladimir Morán, un interno condenado por homicidio, por haber dado muerte a su expareja en el 2005, contrajo matrimonio con Yascara Vargas, quien ya cumplió cinco años por drogas en Rafey Mujeres.

La misa estuvo a cargo del sacerdote Ricardo García y fue allí que el arzobispo Ramón Benito de la Rosa y Carpio, acudió a felicitar a los novios, valoró este tipo de pasos dados por los internos.

El religioso pidió a la sociedad santiaguera brindar una segunda oportunidad para ellos que cayeron en las garras por cometer delitos penalizados por las leyes nacionales vigentes que los privó de su libertad.

Fue allí que el Obispo de la Arquidiócesis Metropolitana su Eminencia Reverendísima, Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, saludó la unión matrimonial y pidió a la sociedad santiaguera contemplación y compresión con la pareja.

Los novios se conocieron dentro de la prisión cuando en un proceso  de estudios cuando cursaban el primero de bachillerato en el penal Rafey.

El Centro de Corrección Penitenciario que opera en la cárcel de Rafey celebró  la primera boda católica entre un interno y una exreclusa dentro del programa “Unificando Familias” previa autorización de la Procuraduría General de la República y la Dirección General de Prisiones.

En otras ocasiones, en Rafey se habían organizados tres bodas más entre exconfinados y exreclusas, algunos con penas cumplidas, que se enamoraron, ambos guardando prisión por la comisión  de diversos delitos.


Esta nueva unión ha sido diferentes a las anteriores, porque ésta fue llevada hasta el altar en la Catedral Santiago Apóstol.

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