Que error


Por Marcelo Peralta
El sábado me llene de nostalgia, de coraje, impotencia y a la vez de regocijo. 
Me lo habían dicho y no lo creía.

Me invitaron para un acto que comenzaría a las nueve de la mañana y llegue a las 8: 58 AM.

Fui recibido por la misma persona que me invito: Félix Tejada, encargado de Educación de COOPSANO.

No tengo ningún compromiso que me ate a esa institución.

Si no, la de servir a las obras positivas de  mi pueblo San Ignacio de Sabaneta.

Cuasi en  la mayoría de las actividades a las que me invitan no acostumbro a tomar ni siquiera agua, porque lo hago antes de salir o la compro.

Esa actividad estuvo llena de colorido.

Fue impresionante y dudo que institución alguna pueda repetirla por el colorido del cual estuvo revestido.

Tratando de la COOPSANO no se podía poner en dudas su éxito.

Allí estaban quienes tienen el deber ineludible para con la Patria.

Y escribo esto por lo que me dicta mi corazón, porque no tengo compromiso de ninguna índole con COOPSANO.

Lamentable y desgraciadamente, en esta hermosa actividad hubo perdedores.

Esos derrotados fueron las autoridades y los políticos del patio.

Ellos y ellas juntos a los dirigentes de los partidos políticos, incluyendo los elegidos por el pueblo para representarnos.

Esos fueron los grandes ausentes, especialmente las autoridades titulares de las dependencias y estamentos municipales y nacionales radicados en la provincia y quienes aspiran para las elecciones del 2016.

No me importa quién se enoje por el contenido de este escrito.

No tengo compromisos políticos con nadie.

Los insípidos políticos y muy especial, los titulares de las dependencias públicas fueron los ausentes.

Y por demás fueron los que más perdieron.

Los congresistas que atosigan, embadurnan e inundan los hogares con letreros buscando el favor del votante no asistieron.

La representante de Educación en San Ignacio de Sabaneta no estuvo en persona.

Y mucho menos y ese maravilloso e inolvidable acto asistió un solo regidor que son electos por el pueblo.

Si en el Concejo Edilicio existiese conciencia, del rol de regidor debió someterse una moción que declarase como personas libres del analfabetismo.

En los rostros de las mujeres y hombres se notaba el deseo, a pesar de que muchas de las mujeres pican hay los 83 años de edad, el no dejarse de ahora en adelante engatusar ya por este maldito sistema político imperante.

Quizás fue mejor que no asistieran las autoridades a ese acto, porque mañana, si es que tienen la osadía de ir a buscar votos reciban el rechazo, porque quienes se graduaron accionaran con otra mentalidad.

A sabidas cuentas creo que fue mejor que ni las autoridades, ni los aspirantes a cargos municipales y congresuales asistieran, porque al ver estos rostros rebosados de alegría iban a nacerle ganglios en las gargantas y se quedarían  neutros.

Había que estar en ese acto y percibir los rostros, que aunque ya arrugados por el tiempo, sin embargo, lucían como niñas y niños cuando reciben por vez primera el regalo de su vida el que nunca olvidan.

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