Insulza de la OEA aspirará a un curul en Chile

 
El chileno José Miguel Insulza está disponible para dejar la secretaría general de la Organización de Estados Americanos cuando el venidero martes halla un cambio de puesto y reintegrarse a la política chilena.
Tratará de luchar por un escaño en el Senado de su país con miras a las elecciones de noviembre próximo, según ha informado el presidente del Partido Socialista de Chile. “El secretario general de la OEA me llamó para reiterarme su disposición para ser candidato a senador del PS, sin condiciones”, señaló el lunes el diputado Osvaldo Andrade al periódico La Tercera.

El abogado, que asumió el cargo en mayo de 2005, y fue reelecto en 2010, ha tenido un mandato difícil al frente de la OEA por la relación compleja tanto con el bloque de países del ALBA como con Estados Unidos.

Las dudas sobre su permanencia en Washington tampoco han contribuido a estabilizar su gestión: hace meses se especulaba con que Insulza quería regresar a Chile para postular al Parlamento y, por lo tanto, finalizar anticipadamente su período que culmina formalmente en 2015.

La prensa local informó en enero que, en un viaje que Insulza realizó a Santiago en esa fecha, el líder de la OEA y los dirigentes de su partido discutieron la posibilidad de levantar una candidatura en la circunscripción de Coquimbo, a unos 400 kilómetros al norte de la capital. 

Hasta ahora, sin embargo, el PS chileno no había confirmado públicamente la información, que era manejada en estricta reserva para no interferir en su trabajo en el organismo internacional.

EL PAÍS ha consultado a la OEA sobre las declaraciones del presidente del PS, pero el organismo ha declinado formular comentarios.
Pese a que goza de reputación en Chile, nunca se ha animado a presentarse a cargos de elección popular

En una entrevista concedida a este periódico el 14 de marzo, el chileno habló sobre su salida anticipada: “No voy a abandonar nada, porque cuando una persona decide poner término a una función, lo primero que hace es avisar a quienes le han otorgado ese mandato y dejar un tiempo prudencial para que elijan a un sucesor. Nada de eso ha pasado y yo no tengo previsto que pase. 

Ahora, naturalmente, yo nunca diré si me voy a quedar aquí hasta el último día, porque uno nunca puede saber y eso sería jugar demasiado con sus tiempos”. 

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