A José Andrés Leclerc (Nito)


Por Luís Amílkar Gómez
Creo que fue cuando los dos entrábamos a sexto grado que comenzó nuestra Amistad. Estábamos en la clase de la entonces señorita Rira Zapata. Sería por allá en el año de 1968 si los cálculos no fallan.

Para entonces, la escuela José María Serra era el único plantel de educación primaria en Sabaneta, razón por la cual, todos los que estábamos en cierto grado nos conocíamos muy bien.

José Andrés era un buen estudiante. A veces un poco despreocupado, pero con una gran formación hogareña donde se notaba el temple firme de sus padres don Antonio y Doña Carmita.

Nito era juguetón, alegre, honesto, responsable, sin prejuicios, afable, amigable, enamoradizo y cuerdero hasta el cansancio.

"Nito me hizo casi odiarlo cuando estábamos en la escuela. No paraba de llamarme campesina", recuerda María de Los Ángeles Hernández (Muñeca) más de 40 años después para enseguida agregar "pero después que crecimos Nito es un amor."

Nuestra amiga Muñeca, siempre ha sido una propulsora para que la clase graduanda del 1974 haga un encuentro en Sabaneta.

Asistimos juntos hasta que nos graduamos de bachiller en el Liceo Librado Eugenio Belliard y cada quien emprendió su camino hacia sus sueños.

El terminó su carrera de medicina la cual ejercía hasta el momento de aquel fatídico incidente en que perdió la moción de sus piernas.

Es duro reponerse a un cambio tan trascedental en nuestras vidas. Sin embargo, mi amigo demostró de qué madera estaba hecha su voluntad y ha continuado siendo el ser humano solidario, humilde, intachable, honesto y defensor de todo lo que sea justo.

Con el tiempo, Nito se ha convertido en el archivo viviente de los sabaneteros. El se ha dedicado a estudiar la historia de nuestro pueblo como ningún otro.

Fotos que nadie se imaginaba que existían, documentos inéditos y otras informaciones valiosas de nuestro pueblo son guardadas con sumo cuidado y celo por el doctor Leclerc.

Peró el no solo se ha erigido en el protector de esos documentos, sinó que es uno de los que mejor analizan los mismos y conoce al dedillo los personajes que protagonizaron cada evento histórico.

Y es que el doctor José Andrés Leclerc, quizás sin buscarlo, se ha convertido en uno de nuestros mejores intelectuales, destacándose su madurez y su interés en la búsqueda de la verdad.

Será difícil escribir la historia de Sabaneta sin sus aportes.

Nito es un ser solidario con las mejores causas no solo de Sabaneta sinó también de todo el pueblo dominicano. Y es que él sabe perfectamente cuan valiosa en la vida de los seres humanos es la solidaridad.

Aquel evento repleto en Nueva York y el concierto en Sabaneta deben haber quedado para siempre en su memoria como la mayor muestra de cariño que se le haya dado a un compueblano jamás.

Un cariño que él cultivó para la eternidad.

Nito, no importa cuántos años han pasado desde aquellos días en la José María Serra, mi amistad y mi hermandad siguen incambiables y es que dicen que los amigos de las aulas son hermanos para siempre.

Cuando pienso en gente como Nito, no puedo dejar de pensar en el más grande privilegio que la vida me ha dado.

El haber nacido en Sabaneta.

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